Investigadores de la Universidad de Burgos han desarrollado biosensores para detectar de forma rápida y sencilla compuestos tóxicos de interés en la industria agroalimentaria, como la del vino, o en la farmacéutica. En concreto, detecta la ocratoxina A, el ácido glucónico, el arsénico y el formaldehído.
Fuente: Noticias
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