El deterioro mental perceptible en los alcohólicos tiene poco que ver con esa asentada leyenda urbana. Para aniquilar cualquier tipo de célula, se necesitan altísimas concentraciones de alcohol –próximas al 100%–, y empezamos a emborracharnos a partir de un nivel en sangre del 0,1%.
Vía Muy Interesante
Vía Muy Interesante
No hay comentarios:
Publicar un comentario