Siempre asociamos los desiertos a zonas extremadamente cálidas del planeta donde además las precipitaciones son prácticamente nulas. De hecho, según la definición de la Real Academia Española, un desierto es un “territorio arenoso o pedregoso, que por la falta casi total de lluvias carece de vegetación o la tiene muy escasa”. Pero, ¿puede llegar a nevar en desiertos áridos como el Sáhara? Aunque parezca imposible, sí.
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