Ñandú, tapir, jaguar y aguará guazú son sólo algunas de las especies singulares que viven en el cerrado brasilero. Esta extensa sabana en el corazón de Brasil también alberga grupos indígenas y campesinos. Pero la expansión de los cultivos de soja y la ganadería –y más recientemente el monocultivo de eucalipto– amenazan al cerrado. "Suzano destruye nuestro sustento: nuestros árboles frutales, plantas medicinales, animales salvajes y la belleza de la naturaleza”, se queja un líder campesino.
Vía Noticias de Ecoportal
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