La ciencia acaba de resolver una controversia centenaria: la forma en que los lactantes extraen la leche del pecho de sus madres. Pese a lo que se creía hasta ahora, el secreto no está en la presión de la boca sobre el pezón, sino en el vacío que se crea en la boca del niño durante la succión. Según esta nueva evidencia publicada en la revista científica PNAS, la obtención de la leche no se debe únicamente a un movimiento fisiológico, sino a las variaciones periódicas de presión atmosférica del interior de la cavidad bucal, lo que provoca el flujo del fluido sin apenas esfuerzo por parte del recién nacido.
Vía Muy Interesante
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