Después del golpe va consolidándose el poder fáctico de las transnacionales.
La expansión acelerada del monocultivo de soja transgénica en Paraguay ha dejado tras de sí un rastro de destrucción y desolación, que pone en serio riesgo la soberanía alimentaria del país, así como la vida de miles de familias campesinas y pueblos indígenas, que son expulsados de sus lugares de orígenes y que ven violados sus derechos históricos y ancestrales.
Vía Noticias de Ecoportal
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