Desde que el Homo Sapiens se apoderó de los sagrados recursos naturales del planeta Tierra, la vida se convirtió en desgracia para los majestuosos paisajes y la apasionada biodiversidad que coexistían en perfecto equilibrio ecológico. Con la llegada del Dios dinero, el Medio Ambiente se transformaría en una mercancía explotada a imagen y semejanza de la codicia de los gobiernos de turno, que jamás dudaron en contagiarle la enfermedad a sus mórbidas transnacionales.
Vía Noticias de Ecoportal
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