Arrojar metal al mar es malo, pero los vagones en desuso se están volviendo en algo benéfico para vida marina, según autoridades ambientales. Usualmente, arrojar metal al océano es algo malo, pero por primera vez, lanzar artículos en desuso al mar se está convirtiendo en algo beneficioso. Más de 2,500 vagones del metro de Nueva York han sido utilizados a fin de crear un arrecife submarino para crustáceos y peces en el Atlántico.
Vía Noticias de Ecoportal
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