Los primeros agricultores que entraron en Europa hace unos 8.000 años procedentes de Oriente Próximo se expandieron por el continente siguiendo dos rutas distintas: una hacia Centroeuropa y otra hacia la península ibérica que sigue la costa mediterránea. Un equipo de científicos ha secuenciado el genoma de una mujer neolítica a partir de un diente datado en 7.400 años, y gracias a este nuevo genoma, han podido determinar que los agricultores de la ruta mediterránea y de la ruta interior son muy homogéneos y claramente derivan de una población ancestral común.
Fuente: Noticias
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