Los suelos constituyen la mayor reserva de carbono del planeta, por encima de la atmósfera y de la vegetación. Ante este escenario, cuantificar los stocks de carbono orgánico es imprescindible. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Córdoba, que se han basado en cultivos de olivo, cuestionan la metodología del análisis de estas reservas y advierten de la necesidad de homogeneizar criterios con el fin de que puedan ser utilizados para fijar las cuotas de emisión.
Fuente: Noticias
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