El oso cavernario que habitaba la península ibérica hasta hace 24.000 años volvía a la cueva donde nació para hibernar y criar a sus cachorros. Este hábito jugó un papel importante en su extinción y explicaría, además, por qué hay un linaje genético exclusivo en cada una de las cavernas con restos de la especie.
Fuente: Noticias
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