La combinación en las aguas de los ríos de antibióticos, estimulantes, analgésicos y drogas psiquiátricas tiene un efecto biológico difícil de medir. Ahora, un equipo internacional liderado desde Madrid ha evaluado con precisión su impacto ambiental. Al contrario de lo que se pensaba, los microorganismos sufren los efectos de estas mezclas incluso en concentraciones muy bajas.
Fuente: Noticias
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