Investigadores de la Universidad de Granada demuestran que el sulfuro de hidrógeno, que provoca el olor a huevo podrido en las alcantarillas y que también es conocido como el ‘gas de las cloacas’, a concentraciones fisiológicas ayuda a las células a producir energía. En altas concentraciones, este gas puede producir la muerte.
Fuente: Noticias
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