Mide un poco más de diez centímetros pero el blénido dientes de sable, un pez de arrecife de coral, inyecta un veneno capaz de inmovilizar a los depredadores que le acechan produciéndoles un efecto calmante, como el de la heroína. Un equipo internacional de científicos ha analizado la composición de esta toxina que no produce dolor y que podría emplearse para el desarrollo de nuevos analgésicos.
Fuente: Noticias
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