Al final del Pleistoceno se produjo un cambio en la cuenca mediterránea que llevó a sus habitantes a alimentarse con animales más pequeños, como los conejos. Estas variaciones en la dieta pudieron deberse a cambios ecológicos que afectaron a las comunidades de grandes mamíferos, reduciendo su población o incluso haciéndolas desaparecer. Esta es una de las conclusiones de un estudio en el que ha participado el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos.
Fuente: Noticias
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