Cuando dejamos caer un objeto de las manos, nuestro cerebro emplea modelos internos –tanto del movimiento gravitatorio como de la altura de nuestro cuerpo– para predecir el momento en que el objeto llegará el suelo. Un equipo científico ha comprobado que al alargar artificialmente el tiempo que se tarda en escuchar el impacto, cambia nuestra percepción corporal.
Fuente: Noticias
No hay comentarios:
Publicar un comentario