Tras analizar las aguas madrileñas, investigadores españoles han concluido que las sustancias químicas en ellas presentes no podrían generar actividad endocrina, es decir, provocar cambios hormonales en los consumidores. Los expertos han evaluado la presencia de estrógenos, antisépticos, plásticos, retardantes de llama bromados, conservantes o anticorrosivos.
Fuente: Noticias
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