La percepción de la luz por parte de las plantas les permite regular la apertura de los estomas y aumentar sus mecanismos de defensa frente a los patógenos. Sin embargo, algunas bacterias, como las que infectan al tomate también utilizan las señales luminosas para optimizar su virulencia y colonizar las hojas, según revela un estudio realizado por investigadores de las universidades Politécnica y Complutense de Madrid.
Fuente: Noticias
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