Los últimos cazadores-recolectores de la península ibérica presentaban una doble ascendencia genética: la asociada a la cultura magdaleniense que se extendió por países como España, Francia y Alemania, y la epigravense localizada en Italia. Este doble legado también se puede rastrear en los agricultores neolíticos con los que se hibridaron después. Asi lo revela un estudio internacional liderado desde Instituto Max Planck con muestras de individuos de hace entre 15.000 y 8.000 años.
Fuente: Noticias
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