La conectividad de la sustancia blanca, el tejido a través del cual se comunican las distintas áreas del sistema nervioso central, es clave para entender por qué nos gusta o no la música. Un nuevo estudio confirma que para que las personas sientan placer musical, es necesario que las estructuras cerebrales relacionadas con la recompensa trabajen conjuntamente con las vinculadas a la percepción.
Fuente: Noticias
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