Investigadores españoles han descrito cómo el glioblastoma ‘secuestra’ las células defensoras que rodean los vasos sanguíneos del cerebro para desactivar su acción antitumoral y obligarlas a trabajar en la expansión del tumor. En un modelo de roedor han revertido este proceso, abriendo la puerta a nuevas vías terapéuticas para tratar esta enfermedad tan agresiva.
Fuente: Noticias
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