Las pérdidas anuales en el sector olivarero a causa de su mayor plaga, la mosca del olivo, son económicas y ambientales. Un equipo de investigación liderado por la Universidad Complutense de Madrid ha comprobado en condiciones reales la técnica molecular que permite identificar depredadores para el control biológico de la mosca. Los primeros resultados revelan que las arañas y las tijeretas son los mejores candidatos para el control biológico de esta plaga, una alternativa más efectiva y sostenible.
Fuente: Noticias
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