Estudios recientes muestran que la variante B.1.351 es capaz de resistir incluso el plasma de pacientes convalecientes y el suero de personas vacunadas. Otros trabajos en condiciones de laboratorio nos recuerdan que nuestro sistema de defensa es complejo y no se queda de brazos cruzados mientras el SARS-CoV-2 muta.
Fuente: Noticias
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