El mayor muestreo realizado hasta la fecha de la población vasca muestra que la singularidad genética de la población vasca no es debida a su origen externo respecto a otras poblaciones ibéricas, sino a la disminución de contactos desde la Edad del Hierro. El análisis genómico apunta a la barrera del lenguaje como un posible baluarte que propició el aislamiento de la población.
Fuente: Noticias
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