Una misteriosa anomalía y otros cambios en el campo magnético terrestre quedaron grabados en granos de óxido de hierro de antiguos ladrillos de Mesopotamia, que se han podido datar gracias a los nombres inscritos de Nabucodonosor II y otros reyes, según un nuevo estudio de "arqueomagnetismo".
Fuente: Noticias
No hay comentarios:
Publicar un comentario