La ausencia de la proteína N-ras impide la diferenciación de los linfocitos de memoria, que son los encargados de la inmunidad a largo plazo y de la eficiencia de las vacunas. Por otra parte la versión mutada de esta proteína contribuye al desarrollo del cáncer. Son las principales conclusiones de un estudio dirigido por el CSIC, que podría ayudar a entender mejor los procesos inmunológicos y de infección.
Fuente: Noticias
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