Los ingenios que suben al espacio no suelen volver a bajar, o si lo hacen es para quedar destruidos en el proceso. Los transbordadores de la NASA fueron una excepción, pero dado su elevadísimo coste se consideran uno de los grandes fiascos de la astronáutica. Ahora, la Agencia Espacial Europea (ESA) está empeñada en tener su propia nave de ida y vuelta.
Vía Muy Interesante
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