El roce no solo hace el cariño sino que, además, cambia los genes. Según un estudio publicado en Nature Neuroscience, el sexo y el contacto físico entre dos individuos inducen cambios químicos permanentes en los cromosomas que afectan a la expresión de los genes (cambios epigenéticos) que regulan el comportamiento sexual y favorecen la monogamia.
Vía Muy Interesante
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