Cada año, solo en la Unión Europea, se desechan setecientas cincuenta mil toneladas de caparazón de crustáceo. Ahora, un proyecto liderado por el Instituto Fraunhofer de Ingeniería Interfacial y Biotecnología (IGB) de Alemania ha dado con una solución para reciclarlos. Se trata de crear una biorrefinería para el procesamiento de biorresiduos ricos en quitina, un biopolímero presente en insectos y hongos en cuya composición cuenta con moléculas de azúcar nitrogenadas unidas formando una cadena polimérica.
Vía Muy Interesante
No hay comentarios:
Publicar un comentario